Más de 25
mil jóvenes santiagueros celebraron en la Plaza Ferreiro de esta
ciudad, el acto central nacional por el
Día del Estudiante, para mostrar
al mundo su solidaridad y el beneplácito de vivir en un país donde son
respetados sus derechos.
En todos los planteles de la provincia
se prevén festejos por la importante fecha, y en esta jornada llegarán
hasta las comunidades para compartir todo el talento artístico que
poseen como protagonistas en cada espacio de la sociedad cubana.
Gretchen Odio Pérez, Primera Secretaria
del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas, refirió a
Sierra Maestra que desde cada colectivo estudiantil ratificarán el
compromiso con la continuidad de la Revolución y el Socialismo, y lo
harán desde la frescura y el ímpetu que los caracteriza.
Según refirió la líder juvenil, tienen
como principales motivaciones el aniversario 60 del Alzamiento Armado de
la ciudad de Santiago de Cuba y del desembarco del yate Granma, el
próximo día 30; y los 46 años de la FEEM, 94 de la FEU, y 55 de la UJC.
Para las tres de la tarde los educandos
realizarán un cine-debate en cada centro estudiantil, con la proyección
del filme cubano “Una novia para David”, y en horas de la noche
participarán en la Gala Artística Cultural con talento del patio.
La historia que denota el 17 de
noviembre como Día Internacional del Estudiante comenzó en
Checoslovaquia, en 1939, a pocos meses de estallar la Segunda Guerra
Mundial.
Días antes, cientos de estudiantes
checos salieron a las calles de Praga, la capital, para resistirse a la
ocupación nazi, y recibieron la descarga de los fusiles fascistas.
La muerte de Jan Opletal, alumno de la
Facultad de Medicina en Praga, encendió las protestas en las
universidades de la ciudad. La respuesta de los nazis fue brutal. En la
noche del 16 de noviembre cercaron las residencias estudiantiles y
fusilaron a nueve de ellos. Al día siguiente cerraron todas las
instituciones checas de educación superior y enviaron a más de mil 200
escolares al campo de concentración.
Este fue el punto de partida para hacer
un alto cada año y recordar, con fecha marcada por el crimen fascista,
que las jóvenes generaciones son custodia del fuego sagrado de la
esperanza de los pueblos, y la guardan con su inviolable capacidad de
soñar.
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